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viernes, 11 de enero de 2008

Un asunto de calidad

Basándome en la literatura pesquisada referente a la evaluación de calidad de las fuentes de información, es posible concluir que con el rápido y vertiginoso desarrollo en las tecnologías de la información y comunicación, que viabiliza conexiones internacionales en tiempo real, el intercambio de información y conocimiento se hacen cada vez más veloces. Este acceso inmediato y rápido. potencia la producción y el consumo de información; sin embargo, no siempre se efectúa de manera que garantice la calidad de lo que se está produciendo y consumiendo.
Muchas veces la información puede estar disponible y, consecuentemente, ser utilizada con significativas inadecuaciones, como por ejemplo, informaciones desactualizadas, imprecisas y de contenido no confiable, además de la morosidad en el proceso de búsqueda de la información. Estas inadecuaciones, traídas al ámbito científico y académico, pueden comprometer estudios y pesquisas de gran esfuerzo y dedicación.
Por esta razón, es necesario reflexionar y aplicar criterios que incorporen la calidad de las fuentes de información en un hecho responsable por la aproximación entre la realidad tecnológica y la realidad humana y social, que dependen directamente de la producción y consumo del conocimiento.
Para la consecución de la tarea 3, se utilizaron varios criterios de distintos y connotados estudiosos del elemento calidad (evaluación de los recursos de Internet), como lo son: Rodrigo de Sales, María Inés Tomael, y, particularmente, el de María Pinto Molina, quien establece siete criterios básicos: autoría, actualización, contenido, accesibilidad, funcionalidad, navegabilidad y diseño.
Es sin embargo importante recordar que el rol de criterios defendidos por sus autores como adecuados para la evaluación de las fuentes de información en Internet no son definitivos. Por exigencia de esos constantes cambios, toda análisis, discusión y cuestionamiento dirigido, teniendo como foco Internet, debe ser reestructurado constantemente.
Finalmente, seguirá siendo el usuario el más interesado en encontrar la metodología adecuada para filtrar los contenidos electrónicos y a discernir sobre la veracidad, credibilidad, fiabilidad y, en definitiva, sobre la calidad de las fuentes y las informaciones que Internet nos proporciona.

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